Hoy 21 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Televisión, uno de los inventos que más han influido en la sociedad en los últimos 100 años. Estamos seguros de que conoces muchas de las curiosidades de su historia, pero hoy queremos contarte otras que seguro desconocías por completo. Por ejemplo, ¿sabías que en los años 20 ya existían emisiones de televisiones públicas en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania?
Pues así es, aunque evidentemente, esa televisión no se parecía en nada a la que ahora decora tu maravilloso salón. Para que te hagas una idea, en la Alemania de Weimar, que más tarde sería la de Hitler, esas emisiones fueron mudas durante años; y en Estados Unidos, los actores se tenían que maquillar de verde y pintarse los labios de negro para que las cámaras pudieran captar sus movimientos con nitidez.
Por no decir, que grabar o emitir en directo era una odisea. ¡Los focos eran tan potentes que los actores protagonistas podían ponerse morenos antes de que llegara el verano! Aun así, este nuevo medio de comunicación, con un atractivo inicial tan pobre, fue ganándose el afecto de los espectadores poco a poco, hasta generar toda una revolución.
Segunda pregunta, si tuvieras que definir la televisión ¿Cómo lo harías? Seguramente dirías que se trata de imágenes en movimiento. Y tendrías razón. Los primeros protagonistas de este desarrollo tecnológico los encontramos en Francia, en el año 1906, se trata de Rionoux y Fournier, de los que seguro que no tenías noticias. Ellos fueron los que desarrollaron la matriz de células fotosensibles que conectaban el principio de una matriz de lamparilla con la siguiente.
Como te puedes imaginar, la sincronización de estos elementos no era nada fácil, pero al menos permitía que el ojo humano percibiera que la imagen estaba en movimiento. Y así, con nuestros ingenieros franceses, ese día le dimos la bienvenida a la televisión más primigenia, algo que cambiaría el mundo para siempre.
Sin embargo, de aquel primer invento hasta la televisión que más o menos hoy conocemos tuvieron que pasar 31 años. La fecha es 1937, año en el que comenzaron las transmisiones regulares tanto en Francia como en Reino Unido. Un punto de partida que dio lugar al desarrollo de la industria televisiva y a un aumento del número de espectadores, pese a lo caros que eran los televisores por aquel entonces.
La televisión a color: la vida hay que pintarla
Aunque el color tardó mucho más en llegar hasta los hogares, en 1938 se patentó por Goerges Valensi (también francés) lo que hoy conocemos como televisión a color. Lo más importante de todo es que no se trataba de un nuevo dispositivo, sino de una forma de emisión que, incluso, era compatible con los televisores que ya estaban en el mercado.
Y por fin llegaron los años 50 y esa ‘cajita’ comenzó a ser un miembro más de las familias de casi todo el mundo, y decimos casi porque en España aún estábamos por estrenar nuestra primera cadena y, además, la posguerra produjo un gran retraso en este tipo de avances.
La revolución había comenzado y las distancias del mundo se hicieron más pequeñas. La televisión pasó a formar parte de la vida de las personas y permitió que cualquiera pudiera ver en directo algunos de los acontecimientos más importantes de todos los tiempos: el asesinato de Kennedy; la llegada del hombre a la luna; o el intento de Golpe de Estado de Tejero en España.
Quizá, dejando a un lado lo que como avance técnico significa, lo más importante es que poco a poco se convirtió en el centro de la vida del ocio familiar y social, y fue ahí, con su gran popularidad, cuando comenzaron a llegar otros avances que mejoraban su comodidad y efectividad: el mando a distancia, teletextos y el VHS, aunque ahora esos avances te parezcan prehistóricos.
La era de las plataformas
A lo largo de la década que ahora cerramos hemos visto como la llegada de nuevos agentes al mercado televisivo español han transformado ya no solo el panorama del tejido empresarial, sino también las reglas del juego. Internet ha acabado por afianzarse como el medio protagonista hacia donde se ha trasladado la competencia, y, frente a los modelos de ingresos basados en la publicidad y en la lucha por la audiencia, han emergido otros diferentes basados en la suscripción.
El tablero de juego en los últimos años, protagonizado por los grupos grandes nativos del sector de la televisión -Atresmedia, Mediaset y RTVE- se tambaleó con la llegada de plataformas como Movistar+, Netflix, HBO, Amazon o Disney+. Y la lista no deja de aumentar. Lo que parece claro es que este comienzo de siglo ha abierto la puerta a una nueva era, la de las plataformas y del streaming, unos hábitos de consumo que se han consolidado y que han cambiado nuestra forma de mirar la tele, esa tele muda y sin color, que ahora no deja de sorprendernos año tras año.
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